Estamos acostumbrados a ver noticias donde, gracias a una impresora 3D, se han obtenido desde prótesis hasta objetos decorativos e incluso alimentos. Todo parece apuntar que el mundo de las impresoras 3D va a ser clave en el futuro. De ahí la importancia de dotar a niños y jóvenes, de todos los conocimientos necesarios para fomentar su uso y desarrollar nuevos prototipos en el futuro.
Ya se habla de la fabricación de órganos humanos usando la tecnología 3D. ¿Cómo no incorporar estos conocimientos a las futuras generaciones de profesionales?
No es común que un colegio o universidad cuente con una impresora 3D. Hay países como Estados Unidos que ya las han incluido en el aula, obteniendo un recurso con un enorme potencial educativo.
Vamos a ver más detalladamente qué es una impresora 3D y cuáles son las ventajas que puede tener implementarla en el aula.
Impresoras 3D: su uso
Una impresora 3D realiza réplicas exactas de diseños en 3 dimensiones. De esta manera, un archivo informático se convierte en un objeto real.
No se trata de introducir un determinado material en un molde, algo común en la actualidad para fabricar diferentes objetos. La impresora va diseñando la pieza acoplando capas una sobre otra. De esta manera el material se consolida y adquiere la forma deseada. Es por ello que este método de impresión también recibe el nombre de fabricación aditiva. Precisamente porque va añadiendo material hasta su completo.
Este tipo de impresora usa (normalmente) materiales termoplásticos. Este material sale de una bobina y se va endureciendo a medida que se va enfriando. El filamento ABD y PLA son los más usuales. De hecho, representan el 95 % de los materiales totales que se utilizan en este tipo de impresión.
Ejemplos del uso de Impresoras 3D en el aula según asignaturas
Ciencia
Un ejemplo de actividades sería la de imprimir modelos moleculares en 3D para los alumnos de química. Otro ejemplo, sería el de imprimir las capas de la tierra con ayuda de una impresora en 3 dimensiones.
Ingeniería
Construir sus propios diseños en 3D para después comprobar que funciona correctamente. Desde piezas mecánicas hasta diseños más sofisticados.
Matemáticas
Una impresora 3D es un recurso útil para clases de geometría o para formarse conceptos solidos con diferentes patrones.
Arte
Desde instrumentos musicales hasta obras de arte conocidas. Las posibilidades de esta herramienta en el arte son infinitas.
¿Cuáles son las ventajas de una impresora en el aula?
Mayor participación y trabajo en equipo
Una impresora 3D va a ayudar a que cada alumno partícipe más activamente en el grupo. Esto es debido a que la novedad de este tipo de impresoras despierta el interés y la curiosidad. Normalmente, este tipo de herramienta se utiliza en clases especiales y por grupos. De esta manera, todos los alumnos podrán realizar clases prácticas para ver cuál es su utilidad.
Por ejemplo, si una clase está estudiando las funciones de un órgano humano, como el corazón, será mucho más interesante si tiene la oportunidad de imprimir un prototipo y poner visualizar de manera mucho más real cada una de sus partes.
Fomentan el aprendizaje interdisciplinar y el trabajo en equipo
Sigamos con el ejemplo anterior, para saber cuáles son las funciones exactas del corazón, los alumnos tendrán que investigar. Si, además, quieren hacer ese corazón más real, usando la impresión 3D. Tendrán que colaborar entre ellos para saber cómo conectar la impresora con el ordenador, como sacar el prototipo una vez finalizado, etc. Esto implica una mayor colaboración entre los alumnos y una puesta en común de diferentes ideas.
Captan la atención de los alumnos
Una impresora 3D es capaz de conectar con los estudiantes “modernos”. Estudiantes acostumbrados al uso de la tecnología desde su nacimiento. El hecho de que la clase sea diferente, se dejen por unas horas los libros de lado y, además, se consiga algo tangible, harán que los alumnos se lo tomen más en serio y sigan las explicaciones del profesor sin titubear. No solo eso, este tipo de actividades va a conseguir llamar la atención y centrar al alumno, incluso si el tema a estudiar es monótono o aburrido para él.
Mejora calidad educativa
Utilizando impresoras 3D el trabajo a realizar es más sencillo, algo que provoca una mejora en la calidad educativa. Ingeniería, ciencias, tecnología…Este tipo de asignaturas que puede resultar algo más complicada para ciertos alumnos puede convertirse en algo ameno. Por su empleo no se limita a actividades científicas. Con la utilización de las impresoras 3D se pueden hacer desde paisajes hasta edificios históricos o porque no, la maqueta del propio centro educativo.
Mayor creatividad
Con las impresoras 3D es posible materializar ideas y hacerlas algo real. Esto hace que el alumno piense y solvente diferentes dificultades que pueden ir surgiendo. De esta manera, el estudiante va a desarrollar su creatividad, su capacidad de análisis y la capacidad de síntesis a la hora de solucionar problemas. Es posible que en el trascurso de la clase práctica se equivoque y precisamente eso, es lo que va a ayudarles a aprender de sus errores.
Cada uno de los alumnos van a tener que aportar lo mejor de sí y no solo eso: cooperar y ayudar a sus compañeros. Solamente así conseguirán ver el proyecto en el que llevan horas invirtiese su tiempo, en algo real.
Un método innovador, donde la importancia no únicamente radica en la propia impresora o en el alumno. El profesor también deberá repartir las diferentes funciones a cada alumno y contar con la formación para saber traspasar ese conocimiento.
Como habéis podido comprobar, tener una impresora 3D en el aula no solo denota prestigio, también es capaz de abrir la mente del alumno, les ayuda a trabajar en equipo y adquieren diferentes patrones de comportamiento con los que convertirse en profesionales eficaces en el futuro.