La transformación digital está en constante y rápido movimiento, por lo que velocidad, innovación y aprendizaje son parte de un proceso continuo que deben formar parte de la estrategia para lograr más agilidad en las PyMEs.
El 90% de los directivos de PyMEs españolas consideran que mejorar la agilidad frente a los retos del mercado en constante evolución es una de las principales metas. El análisis de datos, la gestión de documentos, los sistemas de videoconferencia y la automatización son los ejes principales en los que se concentran los desafíos.
Velocidad puede no resultar equivalente a eficiencia
La sola adquisición de equipos puede contribuir escasamente a mejoras sustanciales en la productividad si no se realiza bajo una estrategia clara, surgida de la colaboración y flexibilidad estructural. Para lograrlo será necesario:
- Revisar los procesos: Contar con la colaboración del equipo de trabajo, así como considerar los comentarios de clientes y proveedores, brindarán un mejor diagnóstico para encontrar los puntos clave donde se pueden aplicar mejoras o elaborar planes para actualizar herramientas que permitan agilizar las tareas.
- Flexibilizar la colaboración: Las estructuras de trabajo no tienen por qué seguir patrones únicos, será necesario adaptar el modelo de gestión a formas de colaboración cada vez más flexibles que permitan tomar decisiones de manera más rápida y precisa. Los espacios más confortables y flexibles permitirán alcanzar mejores resultados de manera más ágil.
- Invertir en tecnologías adecuadas: La velocidad de las innovaciones tecnológicas pueden arrastrar a las PyMEs a considerar la adquisición de equipos que pueden no ser los adecuados para sus actividades y capacidades. En la aplicación de tecnologías intervienen una serie de factores, tanto internos como externos, que deben considerarse.
Antes de iniciar una transición en tecnologías es recomendable contar con un diagnóstico profesional para asegurar una inversión inteligente.