La inteligencia artificial está escabulléndose en ámbitos que van desde la diversión hasta la medicina. Gracias a ella es posible conducir un automóvil de forma autónoma hasta vender un producto gracias a que se adelanta a nuestros gustos. Poco a poco, la veremos interactuar con nosotros hasta en las decisiones más cotidianas que tengamos que tomar. Hoy os traemos un uso que puede resultar muy útil a las empresas que hayan hecho de la competitividad un culto. Estamos hablando de la inteligencia artificial puesta al servicio de un software empresarial.
¿Qué es la inteligencia artificial? – Empezando por una definición
La inteligencia artificial es tecnología puesta al servicio de realizar tareas y de tomar decisiones de manera autónoma y automática. En otras palabras, se la puede definir como la simulación de la inteligencia humana, llevada a cabo por máquinas. Sin embargo, esto no termina aquí, ya que en la actualidad se está desarrollando un tipo de inteligencia artificial que aprende y se adapta de forma continua. Es decir, la tecnología que nos ayuda a pensar y a decidir tiene, en cierta medida, vida propia.
¿De qué se sirve esta tecnología?
Lo que alimenta a la inteligencia artificial es el Big Data. Este enorme conjunto de datos es puesto al servicio de las empresas para que estas tomen decisiones que las favorezcan.
Una vez los datos recopilados pasan a ser conocidos por la organización que desea ponerlos a su favor, comienza el proceso de analizarlos para virar las decisiones en base al comportamiento del consumidor.
El Big Data les permite a las empresas saber qué les gusta, qué hacen y cuáles son las tendencias de los consumidosres actuales. De esta forma, la organización cuenta en su poder con una posibilidad que no tiene precio: poder transformar a un consumidor en su cliente. Como si esto no bastara, el Big Data también aporta datos acerca de cómo satisfacer y, por ende, fidelizar a ese nuevo cliente.
El rol del machine learning
El machine learning es la tecnología que hace posible que la inteligencia artificial pueda prescindir de la ayuda humana para continuar aprendiendo de forma permanente. Se logra mediante el uso de un input. En la primera ocasión que se implementa, se requiere que esté presente una persona. Este ser humano reacciona de una forma determinada al input. De esta forma, queda registrada la reacción humana. De modo que la próxima vez que la inteligencia artificial reciba el mismo input, ya no será necesaria la presencia de la persona para que pueda comportarse de la forma esperada.
Yendo un paso más en la creación de respuestas autónomas y automáticas, se ha incorporado la ayuda del deep learning. Esta tecnología permite que el aprendizaje pueda continuar y evolucionar sin la presencia del ser humano detrás de cada nuevo paso.
Uso e implementación de la inteligencia artificial en la empresa
Existen muchas formas de incorporar esta tecnología en la empresa. Las organizaciones actuales cuentan con diversos software que las ayudan a gestionar tanto la información como el flujo de clientes. Un ejemplo con el que nos encontramos a diario son los chatbots.
¿Ya conocéis la utilidad del Common Data Service? Os invitamos a descubrirla en este imprescindible artículo.
Desprovistos de un ser humano por detrás, los chatbots son capaces de comprender lo que el cliente se encuentra buscando. A modo de respuesta, despliega ante él las opciones que pueden ser de su agrado o utilidad. Es decir, mientras duermes, la inteligencia artificial retiene por ti a los clientes que llegan a tu empresa para realizar una consulta.
A continuación exploraremos las principales formas de poner esta tecnología a trabajar para ti. ¿Sabías que la inteligencia artificial puede ser considerada parte de tu equipo de colaboradores?
No podemos hablar de inteligencia artificial sin mencionar a la ciberseguridad. Descubre cuáles son las amenazas más comunes.
Reconocimiento de imágenes
El nombre de la tecnología es computer vision. Ha sido creada para reconocer objetos a través de lasl imágenes que se le presentan. Dichas imágenes pueden ser tanto de objetos como de rostros.
Reconocimiento de alimentos: las empresas que comercializan frutas encuentran en el reconocimiento de imagen a un aliado que les permite ahorrar mucho tiempo y dinero que, de otra forma, deberían invertir en personal que se dedique las tareas que esta tecnología permite. Por ejemplo, en el caso de frutas que cuentan con diferentes destinos según su estado, el reconocimiento de imagen realiza la categorización y correspondiente separación. Cuando las frutas pasan por la cámara que las identifica, reciben un destino u otro de acuerdo a si se encuentran en buen estado o si están magulladas.
Reconocimiento de rostros: una forma de permitir el acceso, tanto de funcionarios como de socios (como puede ser en el caso de un gimnasio), esta tecnología reconoce el rostro de las personas almacenadas en su sistema. Esta es una alternativa más veloz y práctica que aquella que emplea la huella digital. Basta con pararse frente a la cámara para que se nos conceda la entrada al establecimiento.
Automatización robótica de procesos
También conocida como RPA, la automatización llevada a cabo por robots se trata de automatizar tareas repetitivas. El software de la RPA se programa para que el robot pueda realizar tareas sin requerir de la presencia de una persona. Un área que utiliza la automatización robótica con total éxito es el marketing. Al evitar tener que volver a repetir una campaña de forma manual, se logra poner la gestión de e-mails y otros componentes de de esta área de la empresa en piloto automático.
Anticiparse a la producción
La producción agrícola se beneficia en grande de la inteligencia artificial. Los datos ingresados, tales como las sequías y las plagas, permiten saber la cantidad de productos que se podrán cosechar en cada temporada. De esta forma, se puede establecer un precio justo y conveniente al producto en cuestión.
La inteligencia artificial puede venir incluida en un módulo o puede integrarse a un software especializado. Ambas opciones tienen sus ventajas y la decisión de decantarse por una o otra dependerá de las necesidades y posibilidades de la empresa. Cuando se necesita incluirla a un software ya existente, la flexibilidad es mucho mayor, pero también sus costes, puesto que se requiere de un grupo humano trabajando para que la tecnología rinda al máximo de sus posibilidades.