Si bien el concepto flujos de trabajo suena demasiado actual, la primera vez que se empleó fue en el año 1921, haciéndose referencia a los procedimientos a seguir para completar el proceso de fabricación. El método resultó tan efectivo que hoy, casi cien años después, las empresas invierten en tecnología que les permita optimizarlo. El avance al respecto es constante, ya que se ha probado en repetidas ocasiones que es la mejor forma de mantener a un equipo organizado y concentrado en los resultados que se desean obtener.
